En casa de herrero.... siempre siempre cuesta mucho más

Es curioso esto de la inspiración a la hora de escribir una entrada en el blog, con cualquier proyecto que tengo que presentar se acumula la inspiración y las ideas; pero basta que el proyecto en el que uno esté más implicado en este momento sea el propio, para que intentar desenredar esa madeja de ideas sea cuasi imposible. No sé si es que en casa de herrero cuchillo de palo, o simplemente se trate de un tema de autocrítica y perfeccionismo, nada es lo suficientemente bueno aún como para mostrarlo. Así que dejando al margen mis desvaríos personales sobre cómo decorar las paredes de mi nuevo hogar, si elijo este o aquel cabecero, si lo fabrico yo o lo encargo, o si tengo que esperar a esa pieza que llevo buscando tanto tiempo, o encuentro el aserradero adecuado para esas mesillas de tronco en las cuales me empecino, intentaré darle salida a este blog para que no esté parado de forma permanente mientras mi lucha interna se va aclarando.

Mientras el salón va terminándose, (si, por fin casi está) esperando que llegue la nueva mesa de comedor elegida, ¡¡¡Lo que ha costado tomar una decisión!!! La fuente de inspiración de el espacio para comedor que queríamos ya las conocéis por el Facebook. 





Así, que entre anticuarios, ebay, anuncios de segunda mano variados con sus correspondientes visitas, diseños propios para encargar a un carpintero, y muchas vueltas a la cabeza, finalmente la encontramos; y a pesar de estar empecinados en una mesa robusta de madera, sin apenas debatirlo nos acabamos decidiendo por el sobre de cristal, el miedo a que pesara demasiado en ese espacio destinado a comedor nos hizo optar por una opción más liviana. La elegida ha sido esta maravilla, ya estoy deseando que llegue para que acompañe a las sillas Panton que andan como huérfanas en casa.


Apenas quedaría para el salón, la alfombra de la zona de comedor, las mesas auxiliares a los lados del sofá (un Ikea Hack), una butaca de apoyo (probablemente suministrado de la decoración de los escaparates de Blanco de esta temporada),  lacar las puertas en blanco (¿?, ni sé para cuándo), los estores para enmarcar el precioso cuadro de las vistas de Santander que tenemos en el salón y decorar todas esas paredes vacías que nos quedan y para las que mi cabeza no encuentra descanso. Que si un rótulo, que si una composición de marcos, que si una colección de algo?, que si espejos, que si... He dicho que queda poco para terminar el salón, ¿verdad?. Habrá nacido la niña y aún estaremos debatiendo sobre si esto o sobre si aquello, pero no importa, porque estoy convencida de que al final siempre es lo mejor, cuanto más vivido está un espacio mejor van aposentándose las cosas en el lugar que requieren. Mientras tanto sigo deshilando la madeja y tratando de llegar a la siguiente decisión :)


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